En primer lugar es fundamental definir y reconocer al
público al que nos dirigimos, no solo definirlo como segmento sino ir mucho más
allá.
Debemos utilizar las redes sociales en la comunicación de la
empresa para conocer:
-
- Cúales son las comunidades en torno a las que
se desarrolla mi marca
- -
Descubrir qué palabras utilizan para referirse a
nosotros o a nuestros productos
- -
Localizar los espacios en los que se informan
- -
Desvelar a las personas que ejercen mayor
influencia sobre la comunidad
- -
Descubrir aquello que les lleva a actuar
Las conclusiones nos llevarán a descubrir aquello que mueve
al usuario con lo que la marca le pide. El siguiente paso será crear un
tipo de relación que permita que las personas interactúen de forma estable con
las empresas.
A todos nos aburre aquel amigo que se pasa todo el rato
hablando de si mismo y en cambio disfrutamos de la compañía de la gente que nos
escucha y toma en consideración nuestros problemas. Pues es exactamente lo
mismo que pasa entre la empresa y los consumidores.
Debemos conseguir una comunicación basada en movimientos que
llamen a la acción. La compañía debe liderar movimientos que hagan
que la gente aporte cosas que mejoren el resultado final. Eso se consigue
creando pequeñas unidades de contenido fácilmente distribuibles que acaben en
acciones como un tweet, un video, un estado, un me gusta, un compartir…
Liderar movimientos es sencillo y ayudan a mejorar la
percepción de la marca.
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